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Esta sesión de preguntas y respuestas ha sido traducida para individuos que hablan español.

In Guatemala, Sunday, Jan. 14, 2024 marked a critical milestone in the movement for democratic change, with the scheduled swearing in of President-elect, Bernardo Arévalo. Women leaders, and in particular those in Guatemala’s indigenous community, are an essential part of the progressive coalition that propelled Arévalo to a decisive victory in last year’s presidential election. Since Arévalo’s victory, the incumbent government has waged a systematic campaign to prevent the transition of power. In response, indigenous women leaders have courageously refused to have their voices silenced and allow the incumbent government to prevail. They organized strikes and other peaceful protests across the country to push back against efforts to block Arévalo’s election. One of Vital Voices’ network women, Alida Vicente, an activist and indigenous authority figure in Palin, Escuintla, Guatemala is at the forefront of the nationwide effort to support the democratic transition of power. She recounts the importance of indigenous leaders and women on the frontlines as they fight for democracy in Guatemala.  

Can you tell us what is happening in Guatemala?  

The incumbent government does not want to give up their power. We are going through an intense anti-democratic process, a coup d’état, and witnessing a systematic effort by the current government to deny the will of the people and install an authoritarian dictatorship. The executive power of the presidency represents their loot to continue perpetuating corruption and to continue co-opting these weak institutions that we have in Guatemala. And all those voices who are questioning the coup are being criminalized, persecuted, intimidated, and we are being subjected to political violence through different forms and means. 

What are the risks indigenous communities and women are now facing? 

At this moment the risks that women and indigenous peoples face are mainly the issue of repression, criminalization, and persecution. There is anxiety, stress, and a generalized atmosphere of terror where you don’t know what will happen tomorrow. The government wants to perpetuate themselves in power, and to do so, they are using all the repression, arrest warrants, judicialization, misinterpretation of the law, the buying of judges, and the buying of prosecutors. So, it means that the law here is useless and it means that the Constitution has no validity. Because in this country, political violence and violence against women is one of the biggest problems, and at this moment, this military strategy of terror and psychology is perverse, and that is why we are denouncing it. 

What is your role? What is the role of women in particular?  

As a woman and an indigenous authority, we have been at the forefront of this historic campaign for democracy through a national strike with over 90 days of resistance. This is particularly significant because historically indigenous women in Guatemala are discriminated against because of our identity and gender. As a result of these forces, we are often prevented from speaking out, to exercise our rights and participation. With the election of Arévalo, we have raised our voices not only against the coup by the state, but we have also denounced violence, femicides, and trafficking of girls. As female leaders, we have a double or triple burden, because we have to face what state violence represents, but we also often have to face the internal violence from communities. 

As an indigenous leader, we understand the indigenous community is on the frontlines, what is their history of political activism in Guatemala?  

Most of us are women, almost all of the other authorities are men. From the moment we began our work in the service of the community, we defined two strategic objectives: 1) the defense of the collective rights of the indigenous peoples, which focused more on the defense of natural resources, and 2) to work on the prevention of violence against women. Because of the strength and persistence of our actions, our work is not limited only to our community. We work with other communities, other women, other towns, especially when they are in situations of crisis and danger. We carry the message as indigenous women and as indigenous peoples that we are human and we have rights. 

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En Guatemala, el domingo, 14 de enero de 2024 se marca un hito fundamental en el movimiento por el cambio democrático, con la toma de posesión prevista del presidente electo, Bernardo Arévalo. Las mujeres líderes, y en particular las de la comunidad indígena de Guatemala, son una parte esencial de la coalición progresista que impulsó a Arévalo a una victoria decisiva en las elecciones presidenciales del año pasado. Desde la victoria de Arévalo, el gobierno en funciones ha emprendido una campaña sistemática para impedir la transición de poder. En respuesta, las líderes indígenas se han negado valientemente a que se silencien sus voces y a permitir que prevalezca el gobierno en funciones. Organizaron huelgas y otras protestas pacíficas en todo el país para contrarrestar los intentos de bloquear la elección de Arévalo. Una de las mujeres de la red de Voces Vitales, Alida Vicente, activista y figura de autoridad indígena en Palin, Escuintla, Guatemala, está al frente del esfuerzo nacional para apoyar la transición democrática del poder. Nos habla de la importancia de las líderes y mujeres indígenas en primera línea de la lucha por la democracia en Guatemala.

¿Puedes contarnos qué está pasando en Guatemala?

El gobierno en funciones no quiere renunciar al poder. Estamos viviendo un intenso proceso antidemocrático, un golpe de Estado, y presenciando un esfuerzo sistemático del actual gobierno por negar la voluntad popular e instaurar una dictadura autoritaria. El poder ejecutivo de la presidencia representa su botín para seguir perpetuando la corrupción y seguir cooptando estas débiles instituciones que tenemos en Guatemala. Y todas aquellas voces que están cuestionando el golpe están siendo criminalizadas, perseguidas, intimidadas, y estamos siendo objeto de violencia política a través de diferentes formas y medios.

¿Cuáles son los riesgos a los que se enfrentan ahora las comunidades indígenas y las mujeres?

Ahora los riesgos de mujeres y pueblos indígenas son el tema de la represión, la criminalización y la persecución. Hay zozobra, estrés y un ambiente generalizado de terror donde no se sabe qué va a pasar mañana. El gobierno quiere perpetuarse en el poder y para ello utiliza toda la represión, las órdenes de captura, la judicialización, la mala interpretación de la ley, la compra de jueces y la compra de fiscales. Entonces, significa que la ley aquí no sirve y significa que la Constitución no tiene validez. Porque en este país, la violencia política y la violencia contra las mujeres es uno de los mayores problemas, y en este momento, esta estrategia militar de terror y psicología es perversa, y por eso la estamos denunciando.

¿Cuál es tu papel? ¿Cuál es el papel de las mujeres en particular? 

Como mujer y autoridad indígena, hemos estado al frente de esta histórica campaña por la democracia a través de una huelga nacional con más de 90 días de resistencia. Esto es especialmente significativo porque históricamente las mujeres indígenas de Guatemala somos discriminadas por nuestra identidad y género. Como resultado de estas fuerzas, a menudo se nos impide hablar, ejercer nuestros derechos y participar. Con la elección de Arévalo, no sólo hemos alzado la voz contra el golpe de Estado, sino que también hemos denunciado la violencia, los feminicidios y la trata de niñas. Como mujeres líderes, tenemos una doble o triple carga, porque tenemos que enfrentar lo que representa la violencia estatal, pero también muchas veces tenemos que enfrentar la violencia interna de las comunidades.

Como líder indígena, entendemos que la comunidad indígena está en primera línea, ¿cuál es su historia de activismo político en Guatemala? 

La mayoría somos mujeres, casi todas las demás autoridades son hombres. Desde el momento en que iniciamos nuestro trabajo al servicio de la comunidad, definimos dos objetivos estratégicos: 1) la defensa de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, que se centraba más en la defensa de los recursos naturales, y 2) trabajar en la prevención de la violencia contra las mujeres. Por la fuerza y persistencia de nuestras acciones, nuestro trabajo no se limita sólo a nuestra comunidad. Trabajamos con otras comunidades, otras mujeres, otros pueblos, especialmente cuando se encuentran en situaciones de crisis y peligro. Llevamos el mensaje como mujeres indígenas y como pueblos indígenas de que somos humanas y tenemos derechos.